Las cuatro fases de una marca personal ganadora (ii)

En un mundo ideal – y tras la primera fase de Descubrimiento de nuestra marca personal y habiendo establecido los valores, el estilo y la idiosincrasia que queremos transmitir – comenzaría la fase de Configuración de nuestra marca, en la que pasaríamos a la acción y procederíamos a la creación propiamente dicha de la misma.

Fase 2: Configuración

Para la inmensa mayoría de nosotros, la creación de nuestra marca personal ha podido ser un proceso irreflexivo y ya contamos con una huella digital, con un look, un Curriculum Vitae, una presencia en las redes sociales y/o incluso un blog que puede que no esté respondiendo a lo que en realidad queremos transmitir ni al branding con el que queremos que se nos identifique.

Es por esto que – en la mayoría de los casos – la 2ª etapa de configuración de nuestra marca se convierta en realidad en un proceso de adecuación de nuestra presencia online orientada ya a conseguir los objetivos que nos hayamos marcado. Estos pueden ser tan diversos como:

  • el obtener un puesto de trabajo
  • establecernos como referentes en nuestras áreas de interés
  • socializar e intercambiar ideas y conocimientos
  • y para algunos/as ¡convertirse en el/la próximo/a influencer!
Estableciéndonos como referentes: el ejemplo de Ulises Gallegos en Instagram

Nuestra imagen: fundamento de nuestro branding

Como podemos comprobar en el post de Instagram de arriba de Ulises Gallegos de Que Te Valga, nuestra imagen y nuestro look son siempre nuestro primer elemento identificativo a nivel visual.

[bctt tweet=»‘Nuestra imagen y nuestro look son siempre nuestro primer elemento identificativo a nivel visual'»]

El look transmite muchos mensajes implícitos y explícitos sobre quienes somos y cuál es nuestro estilo. Es obvio que no existe un look perfecto: será determinado en una grandísima parte por el target de público objetivo al que queramos alcanzar: ¿casual? ¿refinado? ¿business? ¿intelectual? ¿rompedor? ¿entrañable?… hay espacio para todos.

Si decidimos ir adelante con un look trendy como hace Ulises, nuestra siguiente tarea será reflejarlo de la mejor manera posible con fotografías de gran calidad e impacto que podamos posteriormente utilizar en las redes sociales. Lógicamente la más fundamental es la fotografía de perfil, porque es el primer elemento identificativo y reconocible de nosotros para los internautas y nuestros seguidores y/o followers.

Ahora bien: ¿Es recomendable el disponer de fotografías e imágenes diferentes para nuestros diversos perfiles en las redes sociales, o por el contrario deberíamos apostar por uno como elemento identificativo base de nuestra marca?

Esta puede ser la pregunta del millón, a la que en condiciones normales daría la segunda de las respuestas propuestas: una imagen replicada en los diversos social media refuerza nuestra identidad e imagen de marca, nos hace más reconocibles y actúa como nuestro principal imán visual para nuestros followers. En caso contrario, te expones a que se te pregunte: ¿quién eres en realidad? ¿La de Twitter o la de LinkedIn?

Una presencia estratégica en las redes sociales

[bctt tweet=»‘Estar presente en las redes sociales no es lo mismo que estar presente estratégicamente en las redes sociales'»]

Antes de comenzar a abrir perfiles en las diferentes redes sociales que existen – y, como mi admirado Pedro Rojas suele recordar, son muchas más de las que inicialmente pensamos (¿has oído hablar de las redes verticales?) – la pregunta que debemos hacernos es la siguiente: ¿en cuántas me conviene estar activo/a para conseguir mis objetivos? No olvidemos que una mala presencia en una red social nos puede hacer más daño que no estar presentes en absoluto.

Por ello para evitar el síndrome de la triste red social abandonada que tanto abunda hemos de ser estratégicos y establecer ante todo una distinción: ¿en qué redes sociales quiero estar presente personalmente, en cuáles profesionalmente y cuáles serán de uso mixto? No cabe duda de que todos tenemos derecho a disfrutar de una vida privada y a reservarnos el derecho a expresarnos libremente en ciertos espacios, pero la distinción personal/profesional es crucial para no confundirnos ni a nuestra audiencia.

Hay redes sociales profesionales como LinkedIn que casi siempre constituyen una buena apuesta estratégica: uno de los elementos de la fase de Configuración de nuestra marca es precisamente el elaborar un CV y recoger referencias que le otorguen credibilidad, ese principio del éxito indiscutible de la marca personal. LinkedIn es tu CV online.

Otras redes tienen un carácter más marcadamente privado, como es el caso de Facebook, aunque en el propio Facebook podemos crear una página o Fanpage con la que transmitir nuestro branding estratégicamente.

Nuevas redes van surgiendo y van ganando en popularidad e influencia – como es el caso de la ya totalmente consolidada y exitosa Instagram. Instagram ofrece la doble funcionalidad de publicar imágenes y videos y la viralización de contenidos es rápida y eficaz. En Latinoamérica Instagram está más presente y es más influyente que Twitter – el archiconocido microblog y mi red social favorita – y como Seniormanager nos muestra diariamente en su perfil y en sus cursos sus posibilidades son enormes.

¿Web o no web? He ahí la cuestión

De entre los muchos otros elementos del proceso de Configuración de nuestra marca personal en los que me podría centrar – en el offline hablaría de nuestras tarjetas de visita, etc. – es necesario responder a una pregunta que se me hace con mucha frecuencia:

[bctt tweet=»¿Es imprescindible el contar con una web personal para establecer nuestra marca, o vale simplemente con una buena presencia estratégica en las redes sociales?»]

Cada caso es único, y como norma general no creo en las teorías aplicables universalmente (excepto las científicas): como Mr Branding (Andy Stalman) diría, en el branding son más bien las menos. La primera gran distinción que habremos de establecer es: ¿eres un generador de contenidos escritos/visuales? Si la respuesta es afirmativa como en mi caso, una web/blog (por cierto, ésta está en construcción) puede ser ideal. En el caso contrario, una página más bien fija como la de la coach Noelia Romero será más que suficiente y de hecho resultará óptima.

Idealmente nuestra página web debería actuar como la casa y el epicentro donde confluye toda nuestra presencia online. Para que ello ocurra de la mejor forma posible y para que logremos posicionamiento en Google y el resto de los buscadores, deberemos contar con un dominio propio (usualmente nuestro nombre y apellidos, a no ser que como Alfonso Alcántara hayamos optado por un ‘nombre de marca’ – en su caso Yoriento).

Esta es una pequeña inversión necesaria y de gran calado para nuestra reputación online. Afortunadamente hoy en día tenemos dominios .com, .es, .net y muchos otros disponibles para que incluso si tu nombre es común puedas diferenciarte. La URL de tu dominio deberá marcar la pauta del resto de tus perfiles en los social media: es preferible que seas ‘oscardelsanto’ en todas tus redes que no @OscarDS en Twitter y @oscarcdelsanto en Instagram como es mi caso.

Coherencia: valor de marca

Hemos hablado ya de imagen, CV, página web, blog, perfiles en las redes sociales, tarjetas de visita y otros elementos aparentemente dispares que conforman tu marca personal. El secreto para no perderse ni perder a nuestra audiencia es siempre mantener una coherencia entre todos ellos, de tal maner que refuercen sinergísticamente el mensaje de marca que habremos establecido en la fase de Descubrimiento.

Según percibamos que nuestra audiencia responde a nuestra marca y nuestro branding, es del todo recomendable el mantenernos flexibles y estar siempre dispuesto a probar otras alternativas hasta que consigamos los resultados que esperamos.

Y no nos confundamos: el resultado no es siempre un mayor impacto online (conseguir likes, retweets, followers, etc. , aunque desde luego que bienvenidos sean) sino que nuestra presencia online nos ayude a conseguir objetivos en el offline (una buena página web, por ejemplo, puede ser fundamental a la hora de conseguir ese trabajo que deseamos. Ahí radica su verdadera importancia).

Todos los esfuerzos que realicemos en configurar una marca personal atractiva y atrayente serán altamente recompensados. Al final, se trata de nosotros mismos y de nuestro éxito. Espero que todo lo que hemos tratado y los ejemplos de algunas marcas personales muy exitosas que he mencionado te resulten de gran ayuda.

Oscar Del Santo

2 comentarios en “Las cuatro fases de una marca personal ganadora (ii)”

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